.


:




:

































 

 

 

 


Estás como para un acontecimiento - dijo.




Este entierro es un acontecimiento - dijo el coronel -. Es el primer muerto de muerte natural que tenemos en muchos años.

Escampó después de las nueve. El coronel se disponía a salir cuando su esposa lo agarró por la manga del saco.

Péinate - dijo.

Eacute;l trató de doblegar con un peine de cuerno las cerdas color de acero. Pero fue un esfuerzo inútil.

Debo parecer un papagayo - dijo.

La mujer lo examinó. Pensó que no. El coronel no parecía un papagayo. Era un hombre árido, de huesos sólidos articulados a tuerca y tornillo. Por la vitalidad de sus ojos no parecía conservado en formol.

Así estás bien, admitió ella, y agregó cuando su marido abandonaba el cuarto:

Pregúntale al doctor si en esta casa le echamos agua caliente.

 

Vivían en el extremo del pueblo ( ), en una casa de techo de palma con paredes de cal desconchadas ( ). La humedad continuaba pero no llovía ( ). El coronel descendió hacia la plaza por un callejón de casas apelotonadas ( ; pelotón , ; , ). Al desembocar a la calle central ( ) sufrió un estremecimiento ( ; estremecer). Hasta donde alcanzaba su vista ( , ) el pueblo estaba tapizado de flores ( (tapiz - ) ). Sentadas a la puerta de las casas ( ) las mujeres de negro esperaban el entierro ( ).

En la plaza comenzó otra vez la llovizna ( = ). El propietario del salón de billares ( ) vio al coronel desde la puerta de su establecimiento ( ) y le gritó con los brazos abiertos ( ):

-Coronel, espérese y le presto un paraguas (nt ).

El coronel respondió sin volver la cabeza ( = ).

-Gracias, así voy bien (, = ).

Aún no había salido el entierro ( ). Los hombres - vestidos de blanco con corbatas negras - ( - ) conversaban en la puerta bajo los paraguas ( ). Uno de ellos vio al coronel saltando sobre los charcos de la plaza ( ).

-Métase aquí, compadre - gritó ( = , - ).

Hizo espacio bajo el paraguas ( = , ).

-Gracias, compadre () - dijo el coronel.

Vivían en el extremo del pueblo, en una casa de techo de palma con paredes de cal desconchadas. La humedad continuaba pero no llovía. El coronel descendió hacia la plaza por un callejón de casas apelotonadas. Al desembocar a la calle central sufrió un estremecimiento. Hasta donde alcanzaba su vista el pueblo estaba tapizado de flores. Sentadas a la puerta de las casas las mujeres de negro esperaban el entierro.

En la plaza comenzó otra vez la llovizna. El propietario del salón de billares vio al coronel desde la puerta de su establecimiento y le gritó con los brazos abiertos:

Coronel, espérese y le presto un paraguas.

El coronel respondió sin volver la cabeza.

Gracias, así voy bien.

Aún no había salido el entierro. Los hombres - vestidos de blanco con corbatas negras - conversaban en la puerta bajo los paraguas. Uno de ellos vio al coronel saltando sobre los charcos de la plaza.





:


: 2017-02-25; !; : 274 |


:

:

: , .
==> ...

2154 - | 1789 -


© 2015-2024 lektsii.org - -

: 0.009 .